La derrota de Julián Álvarez, el candidato del Frente para la Victoria en Lanús sorprendió a muchos pero alegró a varios que se sintieron desplazados y volcaron su descontento en las urnas, si bien las encuestas estaban parejas y los resultados del primer escrutinio daban una paridad con Néstor Grindetti en la decisión final muchos peronistas decidieron no votarlo.
El kirchnerismo alineado a la Cámpora perdió uno de los distritos fuertes del conurbano después de haber elegido a dedo a Julián Álvarez para que compita con Néstor Grindetti, y dejando de lado al actual Intendente Darío Díaz Pérez, que buscaba su reelección.
Los resultados ya los conocemos y el nuevo Intendente de Lanús se llama Néstor Grindetti. Ahora el candidato camporista debería analizar por qué fue derrotado en un distrito peronista.
Una de las claves fue la falta de campaña pensando que tenía una victoria asegurada. Álvarez creyó que ganaría con el sello del FPV y la candidatura de Daniel Scioli, entonces no caminó los barrios, no se acercó a la gente, no dio notas a los Medios locales, que sólo querían saber cuáles eran sus propuestas, se adueñó del Concejo Deliberante local y se tomó atribuciones en la Municipalidad cuando aún no era intendente, en pocas palabras se confío demasiado, escuchó a quienes traicionaron a Díaz Pérez que se movilizaban más por cuestiones personal que por llevar a Álvarez a la victoria, le hicieron creer que ganaría cómodamente y lo llevaron a la derrota.
Ahora las cartas ya están echadas, el Líder de Cambiemos en Lanús asumirá la Intendencia y Julián Álvarez deberá replantearse, para una próxima elección, su manera de hacer campaña, dejando de lado sus ambiciones personales y pensando más en los vecinos de Lanús.
