Desde la CTA confirmaron que no están de acuerdo con el nuevo salario mínimo vital y móvil fijado en 1.500 pesos por el Consejo del Salario.
El titular del departamento jurídico de la Central de Trabajadores Argentinos, Horacio Meguira dijo a Radio Provincia que “estamos disconformes porque en un escenario de crisis, donde el salario mínimo debiera ser una de las instituciones más importantes para establecer un plan para paliar la crisis con funciones distributivas, se ha fijado un número sin planificar nada”.
Según el representante de la CTA, “además de insuficiente”, el salario fijado “no influye en la mayoría de los trabajadores”. En ese marco, consignó que “la estructura ocupacional tiene una larga enfermedad que es el trabajo no registrado”.
Meguira reveló que, en el marco de las negociaciones, el titular de la CTA, Hugo Yasky, le transmitió al ministro de Trabajo Carlos Tomada que si había una serie de compromisos por parte del Estado, la central acompañaría lo que se acordase, pero que no fue así.
Yasky le dijo al titular de la cartera laboral que “si se incluía el compromiso del Estado de calcular la canasta básica, y se establecía la universalización de la asignación por hijo” la CTA “trataría de acordar, pero no hay ese compromiso porque no hay una política de Estado para paliar la crisis, salvo esto de salvar con subsidios a las empresas que amenazan con despidos”.
Meguira dijo que debe haber una fuerte “intervención del Estado en la relación de trabajo, establecer sanciones más duras para los empresarios que tienen trabajadores no registrados, sólo permitir el despido por causa y fortalecer el consumo; la posibilidad de ampliar la demanda a partir de incentivar el consumo, completado por una asignación universal por hijo y un salario mínimo vital y móvil que permita sobrevivencia alimentaria, seguridad social y vacaciones y que el trabajador tenga una vida digna”.
