El hecho ocurrió ayer y continuaba hoy en una vivienda del barrio Aeropuerto de Santa Rosa, donde viven Eduardo Carro y su mujer, cuando personal judicial llegó con una orden de la jueza María Cristina Baladrón, que establecía retirar la nena para ser dada en adopción.
Ante esta situación, Carro se negó a entregar a la niña y se encerró con ella en la casa, hasta donde llegaron vecinos y amigos del matrimonio.
«De ninguna manera les voy a entregar mi hija porque para nosotros es nuestra hija, la tenemos desde los 20 días de vida, hace más de tres años, tiene problemas de epilepsia y necesita una atención muy especial y de quienes conocemos todos sus síntomas cuando está mal», dijo el hombre.
Walter Larroca, director de la Oficina de Mandamientos y Notificaciones, explicó a la familia el modo en que se procede en éstos casos y las consecuencias que les acarrearía la desobediencia a la orden judicial, pero Carro mantuvo su decisión de no entregar la pequeña.
En declaraciones periodísticas, Carro dijo que cuando la nena nació se enteró por sus hijos que trabajan en el hospital local, que la pequeña y su madre no tenían donde vivir, razón por la que fueron a su casa y a los 20 días la madre biológica la abandonó.
Luego, la pequeña comenzó con convulsiones que obligaron a un rápido tratamiento médico en el hospital y según Carro «los médicos nos han felicitado por la permanente estimulación temprana que tiene la nena».
«Nosotros la tuvimos al principio como familia sustituta, al igual que otros niños, por la nena percibíamos un aporte del Estado pero decidimos iniciar a los seis o siete meses el trámite de adopción y renunciamos al apoyo económico que nos daba el gobierno», comentó.
«Cuando fuimos a averiguar cómo estaba ese expediente, que iniciamos ante la doctora Baladrón, que en ese momento era Defensora, nos dijeron que se había perdido», señaló.
Agregó que luego «nuestro abogado realizó varias presentaciones y nos pusieron varios peros porque no estábamos en la lista de adopciones».
«La familia somos nosotros, está apegada a nosotros como nosotros a ella, nos dice mamá y papá porque son los únicos padres que conoce y tienen que entender que si nos la sacan, va a sufrir horrores, por el amor de Dios, tengan piedad por la pequeña», expresó consternado.
Por otra parte dijo que en los tres años que tienen en guarda a la menor «nunca vino una asistente a ver si la nena estaba bien o mal, yo les dejo todo mi casa, mi auto y hasta les ofrezco a la justicia trabajar cuatro horas gratis pero por favor no me saquen la nena, porque es mía», suplicó.
Carro y su mujer, que se casaron hace 44 años tienen cinco hijos, de los cuales el mayor tiene 30 años.
(Télam)