El país enfrenta una nueva crisis económica y social, para la cual el Gobierno no parece tener un plan. Si bien la herencia recibida fue terrible y la pandemia agudizó todos los índices como inflación, pobreza e inseguridad, el Presidente no logra mejorarlos, a menos de un año de terminar su mandato.
La semana pasada se cruzó el límite, un hecho de inseguridad en un colectivo desató el ataque a un Ministro, que podría haber terminado en una tragedia. La sociedad está cansada de la inseguridad, la incertidumbre y la inflación; y siente que los políticos están en otro mundo, muchos en campaña dejando de lado el cargo para el cual fueron elegidos.
Es difícil poder encontrar un camino cuando el presidente está desacreditado, hay ausencia de consenso entre el oficialismo y la oposición, y todos los ministros están peleados, nadie reacciona. Hoy es el kirchnerismo, y hace unos años era el macrismo, no tiene que ver con un partido en especial
Los ciudadanos se sienten ahogados y no ven una salida a tanta decidía y falta de gestión por parte de los gobiernos, sea nacional, provincial o municipal. Y lo que es más grave aún, es que no encuentran una autoridad que los represente o tenga una propuesta a futuro siendo un año electoral.
Día a día la gente se sumerge más en la pobreza económica y social, pese a tener trabajo muchos no llegan a fin de mes, sin mencionar que los jubilados se encuentran por debajo de la canasta básica.
Los argentinos necesitamos volver a creer, tener esperanza y dejar a un lado la incertidumbre, porque la estabilidad de un país depende de tener confianza en las instituciones y las autoridades. Está claro que la única manera de salir es con un plan de progreso colectivo y de desarrollo, esperemos que los políticos dejen de lado sus ambiciones y piensen más en el pueblo.