En una extensa nota en el programa radial “Les cuento?”, Salvador Baratta, ex subjefe de la Policía Bonaerense, ex concejal de Lanús y actual precandidato a concejal por Juntos, dejó bien clara su posición respecto de temas de seguridad y definió su decisión respecto a su actual candidatura.
“Acepté la candidatura a concejal aunque la política no cambió nada. Cuando fui concejal en el Frente Renovador era porque Massa aseguraba que iba a sacar a los ñoquis de la Cámpora y tenía un mensaje opositor al kirchnerismo y le creí. Después los arreglos políticos les cambiaron el discurso. Yo podría haber asumido, cambiar de bando al día siguiente y pasarme a Cambiemos, pero la gente me había votado en la lista de Russo y no correspondía que me cambiara. Tuve muchas discusiones en el espacio. Ahora veo una decisión de enfrentar la inseguridad, no sólo de Kravetz sino de Bulllrich y de Grindetti, y hasta de Santilli. Veo un discurso que no es el de defender al delincuente sino a los ciudadanos. Adelante de la política están mis vigilantes y con ellos los ciudadanos. Yo no ando cambiando el discurso. La plata de seguridad tiene que ir a seguridad”, afirmó. Y prosiguió: “Basta con el discurso de los Derechos Humanos, que deben existir, pero no como negocio. Las cosas son claras: acepto el desafío porque desde el lugar que nos toque ocupar a todos vamos a marcar hacia donde vamos, si a Venezuela o a una Patria de verdad. Como le dije a uno de la Cámpora de alto rango: ”Flaco, yo a los sesenta años no voy a hacer las valijas. Prepárensela ustedes. Yo voy a defender a la patria como sea. Me quiero quedar en mi país, nadie me saca los pies de acá. De este lado hay mucha gente dispuesta a defender a la patria”.
Al ser inquirido respecto de los argumentos de kirchneristas respecto a que “si gana la derecha va a correr sangre”, Baratta respondió: “¿Y ahora no corre? Hay tres muertos por día en la provincia y son de los que nos enteramos. La gente ya no hace la denuncia porque no encuentra respuesta”.
Cuando se le preguntó por qué la policía fue cayendo en el descrédito, indicó que “durante veinte años el gobierno nos mostró como una fuerza endemoniada, partícipe de la década de los ´70, que corríamos a esos chicos que eran buenos pibes que tiraban panfletos, pero no decían que tiraban bombas. La historia del ´70 es la que repudio, de los dos lados, tanto la de Videla como la de Firmenich o Vaca Narvaja. Los atentados más violentos de montoneros o del ERP sucedieron en el gobierno democrático de Isabel. Hay que contar la historia porque ellos fueron los que interrumpieron el gobierno democrático y dieron las herramientas a Videla para que hiciera lo que hizo.”
Explicó: “¿Por qué me quiero ensuciar en este despelote de la política? Porque quiero sentarme en el debate, decir basta, no hablen más de derechos humanos, hablemos de los pibes que se nos están cagando de hambre porque ustedes se están robando la plata del Estado, de los policías que mueren porque no tienen chaleco anti balas… ¿Mi expectativa? Acepté la concejalía porque creo que el espacio de Diego es el que tenemos que impulsar. Yo estoy muy cerca del discurso de Bullrich, muy cerca. Creo que una patria sin orden no es patria, es anarquía. Acepté estar en la lista para darle fuerza si la llega a necesitar. Desde el lugar que nos toque hay que cambiar el discurso. Tenemos que sacarnos el miedo de que si uno habla aparecen con los derechos humanos. Este país tiene la cabeza lavada.”
Aseguró que “a mí nadie, ni en el HCD ni en ningún lado va a decirme que cambié de forma de pensar. Para mí el chorro siempre fue un chorro, el ciudadano es la víctima, un policía que comete un delito no es policía, es un delincuente. Ese tipo entró a la policía siendo un delincuente que vio una ventana por donde entrar. A Mariano Amore le dije que no podía armar una policía local tomando a cualquiera porque querían sumar muchos efectivos. Siete años después, Berni o Ritondo dicen “estamos haciendo lo que podemos porque tenemos efectivos con poco entrenamiento”. Yo lo dije. ¿Quién me va a explicar la seguridad siendo oftalmólogo?”
En alguna oportunidad Baratta declaró que la policía era una fuerza indigente. Al referirse a ello expresó que un policía con una denuncia en asuntos internos termina separado inmediatamente aunque la justicia lo declare inocente. “La gobernadora Vidal creó un registro de policías echados, o sea que si alguien quiere tomar un empleado y recurre al registro, no lo toma. Ese hombre no puede conseguir otro empleo. Y muchos son inocentes. Vidal no hizo un registro de violadores porque es inconstitucional, pero hizo el de los echados -algunos sin causa penal- sólo porque publicaron en Facebook que sus sueldos eran bajos. Yo quiero defenderlos porque sin una policía digna el ciudadano se siente desprotegido. Y una policía a quien no le das el sentimiento de que está acompañado, está de rodillas. Nos quebraron hasta el sentimiento de hermandad. A un policía herido no lo atienden en el ministerio: antes era un héroe. Teníamos la atención en el Churruca, Vidal lo sacó y Berni no lo repuso. ¿Berni? El único ministro que sirvió fue el doctor Stornelli. Ahora el jefe de policía es García pero nadie lo conoce porque está escondido: no sale a defender a la gente ni va a la TV. Los vigilantes no saben quién es el jefe de la policía. ¿Qué liderazgo puede tener una persona que es desconocida por sus subalternos? Un jefe tiene que tener liderazgo y las pelotas para decirle al ministro que no está de acuerdo con el plan de seguridad que está implementando.”
¿Y en el distrito? “No tenemos la cantidad de móviles necesarios y Kravetz, aunque no le corresponde, se hace cargo de la seguridad. Necesitamos un mínimo de sesenta móviles y nos dejaron ocho, a pesar del cambio de cuadrículas y las diez comisarías. Cuando tuve un debate con Pallares y con Russo, les dije que pidieran en la gobernación nos mandaran más móviles. Russo me contestó que no le atendían el teléfono. ¿No le atienden el teléfono y quiere ser intendente?”
Policía hasta el fin, Baratta insistió en que después de Stornelli no hubo plan de seguridad: él dio ascensos cada cuatro años, calificación, ley de heridos. “Ahora los ascensos vienen por amiguismo. En un año algunos ascienden varias categorías por ese motivo. No hay premios y castigos. En vez de hacer méritos ven con qué político se pueden acomodar para ascender. Vi el desastre que hicieron. ¡Lo hicieron! Hay cantidad de pibes de esa época con carpeta médica que no van a trabajar porque entraron a la policía como una salida laboral. La policía es una vocación de servicio: si no la tenés no podés serlo.”
Al preguntarle sobre el combate a la droga, y la complicidad de la policía con ese sector, respondió que “no hay un policía que cobre por la droga si no hay un político que lo cubra. No hay organización criminal sin complicidad de la justicia, la política y la policía. Cuando un intendente se entera que un policía cobra del narco, debe denunciarlo. Se mueren muchos pibes por sobredosis. Para enfrentar a los narcotraficantes se necesitan decisión, muchos huevos -u ovarios- y balas, porque la violencia sólo se combate con violencia”.
Y finalizó: “en política se puede cambiar por convicción, eso es una cosa y la acepto, pero cambiar por conveniencia, porque se te corta el sueldito, eso no””.