Las senadoras del FPV Magdalena Sierra y Mónica Macha respondieron al editorial del diario La Nación* publicado el viernes 7 de octubre en el que se califica a la recientemente sancionada Ley de Paridad de Género como “discriminatoria”.
El editorial del diario La Nación en el que sostiene que “La ley de cupo femenino es francamente discriminatoria” es un ataque directo a la democracia, a la participación política ya la igualdad de género.
Tanto en la recientemente sancionada Ley de Paridad de Género como en muchas otras conquistas, cada vez que nos acercamos a la igualdad en la representación y el fortalecimiento de la democracia, La Nación reacciona denunciando un presunto acto de “discriminación”.
Estas descalificaciones no nos sorprenden aunque, ciertamente, nos entristecen porque esta Ley significa una conquista histórica producto de largas luchas que venimos dando y porque es el resultado del consenso entre hombres y mujeres de diferentes espacios políticos. De ninguna manera puede ser considerara un acto de discriminación.
Acompañamos esta iniciativa porque apunta a garantizar desde el Estado una representación igualitaria. Con la puesta en marcha de esta ley ya no habrá predominio en los cargos y en el ejercicio del poder ni por parte de los varones ni de las mujeres.
No podemos dejar de señalar que cada vez que, como resultado de luchas organizadas, las mujeres conseguimos resquebrajar el techo de cristal, se nos acusa, estigmatiza, denigra o insulta. A Eva Perón se la acusó de prostituta; a las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, de locas; a Milagro se la mantiene encarcelada injustificadamente y a Cristina la persiguen.
La Nación intenta desprestigiar nuestra trayectoria militante denominándonos “esposas de” apelando de esta forma a una estigmatización propia del patriarcado. Pretenden que la diputada Alicia Sánchez y las senadoras Magdalena Sierra y Mónica Macha quedemos reducidas simplemente a eso. Para el editorialista es imposible pensarnos como personas con un compromiso político y social, que hemos realizado diferentes recorridos por distintos espacios de participación política de múltiples maneras.
En la Legislatura bonaerense como en cada ámbito de nuestra sociedad somos compañeras de militancia, de estudios, dirigentes, profesionales, esposas, madres, amigas, hermanas, novias, tías, parejas, abuelas, vecinas, socias. Somos mujeres.
Históricamente la discusión sobre la idoneidad viene ligada al machismo. Primero se preguntaron si seríamos capaces de leer y escribir, luego si estaríamos en condiciones de sufragar; más tarde, de llegar a cargos electivos y ahora de ocuparlos en igualdad de condiciones. Es un cuestionamiento que se reserva exclusivamente paras las mujeres y que encubre una profunda estigmatización, ya que asocia el hecho de ser mujer a una supuesta falta de capacidad para ejercer un cargo.
Es común escuchar que no debería existir Ley de Cupo ni de Paridad para que las mujeres ocupemos los espacios que queramos sin importar el porcentaje. No se trata de poner un piso ni un límite. Avanzamos en la lucha por el acceso equitativo a cargos políticos que hasta ahora habían estado reservados en su mayoría a los hombres. Esta ley viene a garantizar que puedan ejercer cargos electivos todas las mujeres que en facultades, escuelas, centros de estudiantes, comedores, organizaciones políticas y sociales, luchan por una sociedad mejor.
